⬅️ Volver al listado

La Bohème (1896)

Compositor: Giacomo Puccini

Género: Ópera verista en cuatro actos

Argumento

Acto I
En una buhardilla parisina, cuatro jóvenes artistas —Rodolfo (poeta), Marcello (pintor), Colline (filósofo) y Schaunard (músico)— sobreviven con alegría y picardía a la pobreza. En Nochebuena, Rodolfo se queda solo a escribir mientras los demás van al Café Momus. En ese momento, entra Mimi, una vecina costurera, pidiendo fuego para su vela. Se conocen, se rozan las manos, y nace el amor. La escena final del acto es un dúo dulce e íntimo: “O soave fanciulla”.

Acto II
En el bullicioso Café Momus, Rodolfo presenta a Mimi a sus amigos. También aparece Musetta, ex de Marcello, que hace una entrada triunfal y seductora con el aria “Quando me'n vo”. Todos ríen y disfrutan en medio del colorido parisino.

Acto III
El invierno ha llegado. Rodolfo se ha distanciado de Mimi, celoso y atormentado por su enfermedad. Se encuentran por casualidad en una posada. Ambos confiesan su amor y acuerdan separarse… pero “cuando llegue la primavera”.

Acto IV
De vuelta en la buhardilla, los amigos fingen alegría entre bromas y juegos. De repente, Musetta llega con Mimi, muy enferma. Todos tratan de ayudar: Musetta vende sus pendientes para comprar medicina, Colline se despide de su abrigo. Rodolfo y Mimi recuerdan su primer encuentro. Finalmente, Mimi muere suavemente… sin que Rodolfo lo note al principio. El acto termina con un grito desgarrador.

Opinión

La Bohème es una caricia al alma y una herida al corazón. Es poesía hecha música. La fui a ver en el Teatro Colón el 23 de marzo de 2022, y desde el primer acorde sentí que estaba frente a algo sublime.
Los cuatro artistas, pobres pero plenos de ideales, son el retrato romántico de una juventud invencible. La relación entre Rodolfo y Mimi es dulce, luminosa y condenada. El segundo acto es pura vida, color, alegría y revolución, mientras que el cuarto es el descenso inevitable hacia la muerte.
El contraste entre la belleza del amor y la brutalidad de la miseria material es devastador.
El gesto de Musetta vendiendo una joya, Colline despidiéndose de su abrigo, los amigos haciendo lo imposible por aliviar el sufrimiento… todo es profundamente humano.
Mimi es como esa vela que alumbra y se extingue, frágil y pura, recordándonos cuán breve y precioso es todo.
Una obra redonda. Inolvidable

Valoración personal

Excelente